Este fin de semana son las fiestas del pueblo donde vivo, en
Toledo. Todos los años incluido el anterior eran una representación de
cualquier pueblo de España, gente en la calle, riendo, buscando diversión,
consumiendo en los bares, en los chiringuitos montados, en las atracciones.
Pero hay “mama mía”. Mal empezó el viernes y la expectativa del
fin de semana. A las 12 de la noche, no había ni Dios por la calle. Si como estáis
leyendo, NO DIOS, POR LA CALLE A LAS 12H DE LA NOCHE. Pero en los bares y chiringuitos,
NADIE. Solo un reducto pequeño en alguna terraza, como yo tomando un tintito de
verano. Claro estamos hablando de un pueblo de una población de 10.000
personas, que hubiera por la calle 300, como mucho.
No os quiero aburrir explicándoos que desmoralización, pero que
aun me digan los políticos de turno, que estamos a punto de salir de la crisis…
Solo pienso que nos espera en los próximos meses, antes de
que al final, no tengamos nada, no las ganas de dar un paseo en verano por la
calle.