"¡Deje usted eso en su sitio. Si le enseño el contenido de esa carpeta hunden
a España!".
Arturo Gianfranco Fasana, el contable de la red Gürtel en
Ginebra, increpa a los policías españoles elevando su tono de voz, algo a lo que
no está acostumbrado. Fasana,
copropietario desde hace treinta años de la
sociedad Rhone Gestion, ha sido educado para ser diplomático en el mundo de
los negocios, pero los agentes españoles le hacen perder la compostura.
Los policías han viajado hasta Ginebra y se hallan ante uno de los
intermediarios más influyentes y poderosos en el mundo de las finanzas suizas,
en busca de pruebas incriminatorias y tras el rastro del dinero de
Francisco
Correa.
Don Vito, como lo conocen los investigadores, es el jefe de
una poderosa red de comisiones y corrupción política.
El bróker suizo, de 59 años, se pone trascendente ante la insistencia y la
arrogancia del inspector
Manuel Morocho, que, en honor a su apellido, en
castellano 'fuerte', sin pedir permiso, alarga su brazo hacia una estantería
para retirar un archivador en el que aparece escrita la leyenda
"VIP'S".
Fasana, que sigue contrariado, sentencia.
-Por favor, deje eso en su sitio. No está dentro de los contenidos de la
comisión rogatoria.
Los investigadores españoles, sin pretenderlo,
acaban de tropezar con la
cuenta Soleado, de la que tanto han oído hablar, como si se tratara del
Santo Grial, y de la que nunca habían imaginado hallarse tan cerca.
Soleado es el nombre en clave de una cuenta bancaria que Arturo
Fasana utiliza para ocultar los fondos de grandes fortunas de
españoles.
Para las fuentes policiales consultadas por
El Confidencial, ha
cumplido la función de
cuenta nodriza por donde han pasado unos quince mil
millones de euros en los últimos años. El fiduciario suizo la bautizó así
por el clima
soleado de España, la procedencia de sus mejores
clientes.
Francisco Correa era un cliente vip de los
32 españoles y 22 sociedades
que se habían beneficiado de la opacidad de dicha cuenta. El cerebro de la
Gürtel ocupaba un segundo nivel en la lista de clientes del despacho suizo pero,
aun así, había confiado
21 millones de euros a la ingeniería financiera de
Fasana.
El bróker helvético tranquilizó a Correa, tras convertirse en su cliente y
mostrar ciertas reservas sobre las garantías de seguridad de su sistema, con las
siguientes palabras:
-No tiene que tener ninguna preocupación porque el dinero entra en una cuenta
mía, y de nadie más, y de allí salta a otras.
Tensión en la comisión rogatoria
El agente Morocho, miembro de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales
(UDEF), forma parte de la comitiva policial que se ha desplazado a Ginebra para
recabar documentos sobre la trama Gürtel. Acompaña a su jefe, el comisario
José Luis Olivera, a la agregada del Ministerio del Interior en la
Embajada española de Berna, y a un abogado-asesor externo del Ministerio. En
representación de las autoridades helvéticas los asiste el
fiscal
Mastroianni, un policía y un agente judicial. Todos ellos se encuentran
reunidos en las oficinas de Rhone Gestion, ubicadas en la quinta planta de un
lujoso edificio del boulevard Georges Favon 5, en la zona financiera del centro
de Ginebra, muy cerca del lago Leman.
Es media tarde de finales de mayo de 2009 y los funcionarios españoles
cumplimentan, desde primera hora de la mañana, una comisión rogatoria ordenada
por el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
Antonio
Pedreira. Su cometido es
sustanciar los fondos de Correa y sus socios de
la trama Gurtel, que durante años han pasado por las manos del bróker
suizo.
Fasana, un tipo simpático, elegante y de buena presencia, de los que usan
trajes a medida de dos mil euros, es el muñidor de una imbricada trama
societaria, de la que controla decenas de sociedades
offshore. Muchas de
las instrumentales, que se despliegan como una tela de araña por los paraísos
fiscales más remotos y desconocidos, pertenecen a inversores españoles. Y
Panamá, donde Correa pretendió conseguir una falsa residencia para eludir
la acción de la justicia,
es el centro neurálgico de las operaciones
encubiertas. El fin último de los titulares de la cuenta
Soleado y de
otras en los bancos suizos en los que opera Fasana -HSBC y Credit Suisse,
principalmente- es ocultar sus patrimonios y beneficios a la Agencia
Tributaria.
La Policía sabe que Fasana está considerado como
uno de los diez agentes
fiduciarios más importantes de Ginebra y, posiblemente, el primero que más
volumen de negocio tramita para clientes españoles. Él y su socio,
Bertrand
Hagger,
gestionan una cartera de entre treinta y cuarenta hombres de
negocios españoles. El contable les garantiza la opacidad y en esa tarea
financiera lo ayudan su hijo Yannick y el abogado
Dante Canónica. Todos
ellos, hasta que estalló el caso Gürtel en febrero de 2009, se desplazaban con
frecuencia a Madrid.
Fasana viajaba también con asiduidad a Cataluña, Baleares, Comunidad
Valenciana, Navarra y País Vasco, donde disfruta de una larga lista de clientes.
Todo ello queda acreditado en el sumario por sus entradas y salidas del país y
los aeropuertos de destino.
Fasana y los agentes policiales, que osan invadir el
sancta sanctorum
de su despacho, ya se conocen. Son los mismos que lo
detuvieron en Madrid
unos días antes, el 20 de mayo, cuando el suizo se disponía a tomar en el
Aeropuerto de Barajas un avión de regreso a Ginebra. El gestor helvético, desde
el momento de su arresto, mostró un talante de total colaboración y, como se usa
en el argot policial,
cantó la traviata ante los agentes del Grupo XXI de
la Sección de Blanqueo de Capitales de la Brigada de Delincuencia Económica y
Fiscal de la Policía Judicial.
Las pesquisas estaban bajo el mando del inspector jefe Morocho, que ahora
pretende remover los papeles de su oficina. El policía de la UDEF es un
licenciado en Económicas que sólo lleva en el Cuerpo desde 2003, pero que se ha
ganado entre los suyos el cartel de
superagente 81550, su número de
placa.
Viajes de Fasana a Cataluña y Baleares
A los policías españoles les llama la atención la decoración del despacho de
Fasana. En sus paredes cuelgan pequeños cuadros con imágenes de Cataluña. De la
Sagrada Familia, de la Moreneta, del Tibidabo... Uno de los agentes le hace la
siguiente observación:
-Parece usted catalán.
-Bueno, la mayoría de mis clientes son catalanes.
Responde el fiduciario suizo en un perfecto español. Fasana es un influyente
intermediario que domina cinco idiomas, algo que siempre le ha ayudado en sus
negocios.
Soleado es
el nombre en clave de una cuenta bancaria que Arturo Fasana utiliza para ocultar
los fondos de grandes fortunas de españolesMientras
un policía conversa y entretiene al investigado, los otros intentan recabar
información por el despacho. Están convencidos de que el viaje a Ginebra va a
valer la pena. Pero el fiscal suizo Mastroianni le recuerda al comisario Olivera
las reglas del juego.
-No puede usted tocar ningún papel. Sólo puede acceder a los documentos que
vienen recogidos en la comisión rogatoria. No pienso repetírselo otra vez. Si
sigue por ese camino, me veré obligado a suspender esta comisión.
Fasana, educado en la prudencia y en la diplomacia, intenta poner orden y
reducir la tensión:
-Dígame lo que buscan y yo se lo traigo.
Pero
ese ofrecimiento no incluye la carpeta VIP'S con los clientes de lujo
de Fasana que ha llamado tanto la atención de los agentes. La misma que el
bróker helvético ha anunciado que puede provocar un infarto a España. ¿Y por
qué? Pronto los emisarios españoles se percatan de ello.
Fasana sigue esforzándose para que prevalezca una buena armonía. Ante la
sorpresa de la comitiva policial, abre un cajón de su escritorio y extrae de él
un
pendrive de color negro. El contable de la Gürtel invita a los
policías españoles a que le sigan a un despacho contiguo. Sin las miradas del
fiscal suizo, introduce la memoria en un puerto USB de un ordenador y
regala
a los policías un pantallazo con una lista de clientes. En ella
aparece
una serie de iniciales y nombres de empresarios y sociedades
españolas.
El fiduciario helvético apaga rápidamente la pantalla del ordenador y les
reprende:
-Todo esto nada tiene que ver con lo que ustedes están buscando. Olvídense de
ello. Como si no lo hubieran visto.
Los policías sólo tienen tiempo para grabar en sus retinas unos pocos nombres
de españoles, algunos conocidos, que más tarde comentan entre ellos.
Aparecen
Ramón Blanco y los primos Albertos, que como ellos ya saben son
clientes de Fasana desde hace años,
un importante empresario de una
constructora que cotiza en el IBEX 35, el
presidente de una multinacional
de cosmética, directivos del sector de servicios, empresarios vascos,
socios numerarios del Opus Dei,
políticos catalanes y las
iniciales de
dos importantes instituciones del Estado.
Un informe traspapelado
Los funcionarios del Ministerio del Interior no se echan para atrás, aunque
están convencidos de que la maniobra de Fasana busca un objetivo: la
intimidación por el fuste de las personas que aparecen en la lista y se
benefician de su asesoramiento.
Cuando concluye la comisión rogatoria, Fasana les dice en privado:
-Yo no les he mostrado nada.
Sin embargo, el fiduciario suizo, por medio de un abogado del bufete
Cuatrecasas en Madrid, a preguntas de
El Confidencial se ha limitado a
contestar que "la comisión rogatoria en su despacho de Ginebra se desarrolló en
los estrictos términos que marca la ley, gestionada por la Policía y la Fiscalía
suiza".
Pero la información que hoy desvela este diario está contrastada por fuentes
policiales españolas y del entorno del propio Fasana.
Los
funcionarios del Ministerio del Interior no se echan para atrás, aunque están
convencidos de que la maniobra de Fasana busca un objetivo: la intimidación por
el fuste de las personas que aparecen en la lista y se benefician de su
asesoramiento.Cumplimentada
la comisión rogatoria, a su regreso a Madrid,
los policías redactan una nota
informativa reservada sobre el viaje a Ginebra, que el comisario jefe de la
Policía Judicial entrega a su superior, el director Adjunto Operativo de la
Policía,
Miguel Angel Fernández Chico. Pero el informe, en el que se
reflejan los datos de la cuenta
Soleado, obtenidos en el despacho de
Fasana, a partir de ese momento, queda
traspapelado en las profundidades
pantanosas de la Secretaría de Estado de Interior.
Meses después, estallan los escándalos de la
princesa Corinna y de las
cuentas del padre del Rey en Suiza, de las que
Don Juan Carlos habría
percibido como herencia 375 millones de las antiguas pesetas. En la Comisión de
Secretos Oficiales del Congreso comparece el director del CNI,
Félix Sanz
Roldán. El general se ve obligado a responder una batería de preguntas
planteadas por el diputado de Izquierda Unida,
Alberto Garzón. El
representante de IU pregunta al jefe de los espías españoles si los servicios
secretos que él dirige tienen abiertas cuentas en Suiza y si conoce las
relaciones entre la compañía Rhone Gestión de Fasana y la princesa
Corinna. El militar lo desmiente rotundamente.
Tras la comisión rogatoria,
la Fiscalía suiza bloquea el dinero de la
cuenta Soleado, en ese momento con un saldo de unos
trescientos
millones, y de las cuentas de Correa en el Credit Suisse. Tal decisión
afecta a empresarios españoles y personajes de la vida pública española que nada
tienen que ver con la Gürtel. Seguidamente, las fiscales del caso solicitan a
Suiza toda la información sobre la cuenta opaca de Fasana.
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