La DGT no quiere que los niños jueguen en la calle
La Dirección General de Tráfico (DGT) acaba de colocar en la web una "Guía del Peatón" en la que una simpática abejita da consejos a los niños y niñas acerca de como andar por la calle.
En la primera viñeta de lo que no se debe hacer (columna de la derecha) el bocadillo de la abejita dice "en la calle no juegues en la acera, puedes molestar a los demás peatones". La voz de la abejita es aún mas categórica: "no juegues en la calle" sentencia.
Así que ya lo sabéis, queridos niños, no debéis jugar en la calle. Lo dice la DGT, la principal autoridad de tráfico de este país.
Y es que las aceras, según la DGT, no son sitios para jugar. Así, en el Artículo 121.3 del vigente Reglamento General de Circulación se dice:
Todo peatón debe circular por la acera de la derecha con relación al sentido de su marcha, y cuando circule por la acera o paseo izquierdo debe ceder siempre el paso a los que lleven su mano y no debe detenerse de forma que impida el paso por la acera a los demás, a no ser que resulte inevitable para cruzar por un paso de peatones o subir a un vehículo.
Queda claro que el cumplimiento de todas esas obligaciones es incompatible con la actividad de jugar, que inevitablemente supone (sobre todo entre los niños y niñas) desplazarse según trayectorias que, al no iniciado, le parecerán erráticas y sin sentido, o incluso detenerse de forma que impida el paso por la acera a los demás (al menos a los demás compañeros de juego o a alguno de ellos).
¿Donde deben jugar los niños, entonces?. Esto es algo que va mas allá de nuestras competencias, pensarán en la DGT.
Para la DGT la calle es, ante todo, un espacio circulatorio, cuya principal función es la de permitir la circulación de los vehículos a motor. Desde ese punto de vista, la presencia de niños en la calle es un dilema difícil de resolver, porque por definición un niño es un irresponsable (jurídicamente hablando) de comportamiento impredecible, al que no cabe pedir cuentas por el incumplimiento de las normas de tráfico. Así que, en vez de educar a los conductores para que tengan en cuenta la presencia de estos irresponsables de comportamiento impredecible en las calles, mejor los eliminamos de ellas. ¿Y que mejor manera de expulsar a un niño de un sitio que impedirle jugar?
No saben en la DGT (o no forma parte de "sus competencias" saberlo) que la calle es también y sobre todo un lugar de relación, y que una sociedad que expulsa a los niños de sus lugares de relación es una sociedad enferma. Tampoco saben ni quieren saber que la calle es un importante ámbito educativo, donde los niños comienzan a socializarse.
Tampoco saben (o no quieren saberlo) que unas calles sin niños son mas inseguras que unas calles con niños: mueren mas niños de pasajeros en los automóviles de sus padres que niños caminando por la calle. Por no hablar de como el sedentarismo incrementa los índices de obesidad de los niños en la sociedad moderna.
Y no al revés....
En la primera viñeta de lo que no se debe hacer (columna de la derecha) el bocadillo de la abejita dice "en la calle no juegues en la acera, puedes molestar a los demás peatones". La voz de la abejita es aún mas categórica: "no juegues en la calle" sentencia.
Así que ya lo sabéis, queridos niños, no debéis jugar en la calle. Lo dice la DGT, la principal autoridad de tráfico de este país.
Y es que las aceras, según la DGT, no son sitios para jugar. Así, en el Artículo 121.3 del vigente Reglamento General de Circulación se dice:
Todo peatón debe circular por la acera de la derecha con relación al sentido de su marcha, y cuando circule por la acera o paseo izquierdo debe ceder siempre el paso a los que lleven su mano y no debe detenerse de forma que impida el paso por la acera a los demás, a no ser que resulte inevitable para cruzar por un paso de peatones o subir a un vehículo.
Queda claro que el cumplimiento de todas esas obligaciones es incompatible con la actividad de jugar, que inevitablemente supone (sobre todo entre los niños y niñas) desplazarse según trayectorias que, al no iniciado, le parecerán erráticas y sin sentido, o incluso detenerse de forma que impida el paso por la acera a los demás (al menos a los demás compañeros de juego o a alguno de ellos).
¿Donde deben jugar los niños, entonces?. Esto es algo que va mas allá de nuestras competencias, pensarán en la DGT.
Para la DGT la calle es, ante todo, un espacio circulatorio, cuya principal función es la de permitir la circulación de los vehículos a motor. Desde ese punto de vista, la presencia de niños en la calle es un dilema difícil de resolver, porque por definición un niño es un irresponsable (jurídicamente hablando) de comportamiento impredecible, al que no cabe pedir cuentas por el incumplimiento de las normas de tráfico. Así que, en vez de educar a los conductores para que tengan en cuenta la presencia de estos irresponsables de comportamiento impredecible en las calles, mejor los eliminamos de ellas. ¿Y que mejor manera de expulsar a un niño de un sitio que impedirle jugar?
No saben en la DGT (o no forma parte de "sus competencias" saberlo) que la calle es también y sobre todo un lugar de relación, y que una sociedad que expulsa a los niños de sus lugares de relación es una sociedad enferma. Tampoco saben ni quieren saber que la calle es un importante ámbito educativo, donde los niños comienzan a socializarse.
Tampoco saben (o no quieren saberlo) que unas calles sin niños son mas inseguras que unas calles con niños: mueren mas niños de pasajeros en los automóviles de sus padres que niños caminando por la calle. Por no hablar de como el sedentarismo incrementa los índices de obesidad de los niños en la sociedad moderna.
Tampoco han leído a Francesco Tonnucci en la DGT, ni conocen su proyecto "La ciudad de los niños". Si lo hubieran hecho sabrían que "La calle es peligrosa porque no hay niños"
Y no al revés....