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lunes, 9 de diciembre de 2013

SIGMUND FREUD PROPUSO LA INTERNACION EN UN INSTITUTO DE SALUD MENTAL DE ADOLF HITLER CUANDO TENIA 6 AÑOS


Sigmund Freud sugirió internación para Adolf Hitler cuando tenía 6 años


El diario La Nación (Argentina) publicó en su página web una nota muy interesante basada en las investigaciones de Laurence Marks y John Forrester (estudiosos de la obra de Freud) en la que se detalla que en 1895 Sigmund Freud recomendó que Adolf Hitler, quien en aquel entonces tenía 6 años de edad, fuera internado en un instituto de salud mental.
 El padre del niño, Alois, rechazó el consejo de Freud
Todo esto comenzó cuando el médico de la familia Hitler, el doctor Ernest Bloch, le consultara a Freud qué hacer con el pequeño Adolf, quien sufría de frecuentes pesadillas caracterizadas por caídas hacia abismos profundos y negros como la noche y persecuciones en las que era capturado y azotado hasta desear la muerte; esto era acompañado de conductas inapropiadas.
Sin embargo, el padre del niño, Alois, rechazó el consejo de Freud. Según Marks, lo decidió así para evitar cualquier examen médico que evidenciara el maltrato psicológico y físico que sufría su hijo Adolf.
En su investigación Marks relata: “Le gustaba humillar a su hijo. En una muestra de rebelión, Adolf, entonces de seis años, trató de escapar de su casa durante la noche, saltando por una ventana. Se desvistió para salir con menos ruido, pero quedó enganchado. Su padre lo oyó y lo trajo al resto de la familia para que se rieran de él. Adolf lloró durante tres días.”
“Adolf lloró durante tres días.”
Luego de publicados estos descubrimientos, Marks y un grupo de escritores realizaron una obra de teatro llamada: Dr Freud Will See you Now, Mr Hitler (El Dr. Freud lo verá ahora, Sr. Hitler); en la misma exploran qué podría haber pasado si Klara, la mamá de Adolf, hubiera tomado el tren a Viena.
Te recomiendo visitar el artículo original para que conozcas con más detalles esta interesantísima investigación del pequeño Adolf, quien años después se convertiría en el temido Führer.
*Nota del editor: El libro Encyclopedia of Leadership, Volumen 1 también hace mención a este episodio y puedes acceder aquí

lunes, 28 de octubre de 2013

DOCUMENTO: LAS CARTAS QUE GANDHI ESCRIBIO A HITLER


Las cartas que Gandhi escribió a Hitler


El 23 de julio de 1939, sólo unas semanas antes de que la Alemania nazi invadiera Polonia y el Reino Unido, Australia, Francia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Canadá le declararan la guerra, Mahatma Gandhi le escribió una carta a Adolf Hitler rogándole, por el bien de la humanidad, que hiciera lo posible para evitar el inicio de un conflicto armado que podría causar la muerte de millones de personas, como desgraciadamente así acabó sucediendo.
El gobierno británico nunca permitió que la misiva llegara a manos del Führer:


Traducción casera:
Querido amigo,
Algunos amigos han estado pidiéndome que le escriba por el bien de la humanidad. Pero me he resistido a su petición porque me parecía que una carta mía sería una impertinencia. Algo me dice que no debo calcular y que debo hacer mi llamamiento por cualquier cosa que valga la pena.
Es muy claro que hoy en día es la única persona en el mundo que puede evitar una guerra que podría reducir la humanidad al estado salvaje. ¿Debe pagar ese precio por un objetivo, por muy digno que pueda parecerle? ¿Escuchará el ruego de alguien que deliberadamente ha rechazado el método de la guerra, no sin considerable éxito? En cualquier caso espero su clemencia si me he equivocado al escribirle.
Un año más tarde, concretamente el 24 de diciembre de 1940, Gandhi escribió una segunda carta al genocida de Braunau am Inn en la que, una vez más, le pidió que pusiera fin a la guerra y que tuviera en cuenta que aun resultando vencedor de la misma, ello no probaría que tenía razón, sino simplemente que su poder de destrucción era mayor que el del resto de contendientes.
Aquí tenéis el contenido de esta segunda misiva (lo siento, pero no he encontrado una imagen de la misma):
Yo no tengo enemigos. Mi ocupación en la vida durante los últimos treinta y tres años ha sido ganarme la amistad de toda la humanidad fraternizando con los seres humanos, sin tener en cuenta la raza, el color o la religión.
Espero que tenga usted el tiempo y el deseo de saber cómo considera sus actos una buena parte de la humanidad que vive bajo la influencia de esa doctrina de la amistad universal. Sus escritos y pronunciamientos y los de sus amigos y admiradores no dejan lugar a dudas de que muchos de sus actos son monstruosos e impropios de la dignidad humana, especialmente en la estimación de personas que, como yo, creen en la amistad universal. Me refiero a actos como la humillación de Checoslovaquia, la violación de Polonia y el hundimiento de Dinamarca. Soy consciente de que su visión de la vida considera virtuosos tales actos de expoliación. Pero desde la infancia se nos ha enseñado a verlos como actos degradantes para la humanidad. Por eso no podemos desear el éxito de sus armas.
Pero la nuestra es una posición única. Resistimos al imperialismo británico no menos que al nazismo. Si hay alguna diferencia, será muy pequeña. Una quinta parte de la raza humana ha sido aplastada bajo la bota británica empleando medios que no superan el menor examen. Ahora bien, nuestra resistencia no significa daño para el pueblo británico. Tratamos de convertirlos, no de derrotarlos en el campo de batalla. La nuestra es una rebelión no armada contra el gobierno británico. Pero los convirtamos o no, estamos totalmente decididos a conseguir que su gobierno sea imposible mediante la no colaboración no violenta. Es un método invencible por naturaleza. Se basa en el conocimiento de que ningún expoliador puede lograr sus fines sin un cierto grado de colaboración, voluntaria u obligatoria, por parte de la víctima. Nuestros gobernantes pueden poseer nuestra tierra y nuestros cuerpos, pero no nuestras almas. Pueden tener lo primero sólo si destruyen por completo a todos los indios: hombres, mujeres y niños. Es cierto que no todos podrán llegar a tal grado de heroísmo, y que una buena dosis de temor puede doblegar la revolución; pero eso es irrelevante. Pues si en la India hay un número suficiente de hombres y mujeres que están dispuestos, sin ninguna mala voluntad contra los expoliadores, a entregar sus vidas antes que doblar la rodilla ante ellos, habrán mostrado el camino hacia la libertad de la tiranía de la violencia. Le pido que me crea cuando digo que encontrará usted un inesperado número de tales hombres y mujeres en la India. Durante los últimos veinte años han estado formándose para ello.
Durante el último medio siglo hemos estado intentando liberarnos del gobierno británico. El movimiento por la independencia no ha sido nunca tan fuerte como ahora. El Congreso Nacional Indio, que es la organización política más poderosa, está tratando de conseguir este fin. Hemos logrado un éxito muy apreciable por medio del esfuerzo no violento. Estamos buscando los medios correctos para combatir la violencia más organizada en el mundo, representada por el poder británico. Usted le ha desafiado. Ahora queda por ver cuál es el mejor organizado: el alemán o el británico. Sabemos lo que la bota británica significa para nosotros y las razas no europeas del mundo. Pero nunca desearíamos poner fin al gobierno británico con la ayuda de Alemania. En la no violencia hemos encontrado una fuerza que, si está organizada, sin duda alguna puede enfrentarse a una combinación de todas las fuerzas más violentas del mundo. En la técnica no violenta, como he dicho, no existe la derrota. Todo es «Vencer o morir» sin matar ni hacer daño. Se puede usar prácticamente sin dinero y, claro está, sin la ayuda de la ciencia de la destrucción que tanto han perfeccionado ustedes.
Me asombra que no perciba usted que esa ciencia no es monopolio de nadie. Si no son los ingleses, será otra potencia la que ciertamente mejorará el método y le vencerá con sus propias armas. Además, no está dejando a su pueblo un legado del que pueda sentirse orgulloso, pues no podrá sentirse orgulloso de recitar una larga lista de crueldades, por muy hábilmente que hayan sido planeadas.
Por consiguiente, apelo a usted, en nombre de la humanidad, para que detenga la guerra. No perderá nada si pone todos los asuntos en litigio entre usted y Gran Bretaña en manos de un tribunal internacional elegido de común acuerdo. Si tiene éxito en la guerra, ello no probará que usted tenía razón. Sólo probará que su poder de destrucción era mayor. Por el contrario, una sentencia de un tribunal imparcial mostrará, en la medida en que es humanamente posible, cuál de las partes tenía razón.
Sabe que, no hace mucho tiempo, hice un llamamiento a todos los ingleses para que aceptaran mi método de resistencia no violenta. Lo hice porque los ingleses saben que soy un amigo, pese a ser un rebelde. Soy un desconocido para usted y para su pueblo. No tengo coraje suficiente para hacerle el llamamiento que hice a todos los ingleses, aunque se aplica con la misma fuerza a usted que a los británicos.
Durante esta estación, cuando los corazones de los pueblos de Europa ansían la paz, hemos suspendido incluso nuestra pacífica lucha. ¿Es demasiado pedir que haga un esfuerzo por la paz en un tiempo que tal vez no signifique nada para usted personalmente, pero que tiene que significar mucho para los millones de europeos cuyo mudo grito de paz oigo, pues mis oídos pueden escuchar la voz de millones de personas mudas?
FUENTE 

miércoles, 28 de agosto de 2013

ADOLF HITLER ERA ADICTO A LA COCAINA Y SE INYECTABA SEMEN DE TORO



Adolf Hitler era adicto a la cocaína y se inyectaba semen de toro para mejorar su líbido

Un documental de National Geographic basado en los informes de su médico personal revela los hábitos de Hitler en cuanto a fármacos se refiere y detalla aún más si cabe cómo era el dictador.


Adolf Hitler era adicto a la cocaína y se inyectaba semen de toro para mejorar su líbido


Con el paso de los años (y va camino de 70 ya) vamos conociendo poco a poco más secretos sobre la vida de uno de los personajes más importantes del último siglo, Adolf Hitler.

Esta vez lo hacemos a través de un documental de National Geographic que nos revela el universo adictivo del dictador.

Según se ha hecho eco el tabloide británico The Mirror, Hitler consumía una gran cantidad de fármacos (más de 80) que contenían anfetaminas, morfina, veneno para ratas y hasta cocaína.

Estas revelaciones son la conclusión a la que se ha llegado tras examinar de manera exhaustiva los informes de su médico personal, Theodore Morrell.

Esos informes revelan que Hitler era maníaco depresivo, hipocondríaco, aterrorizado de padecer cáncer, paranoico por los resfriados y el contacto sanguíneo.

El 'Führer' consumía cocaína para limpiar sus fosas nasales y aliviar sus problemas de garganta, y usaba gotas oculares que contenían un 10 por ciento de esta sustancia.

También estaba obsesionado con su imagen de 'superhombre nazi', el modelo de virilidad perfecta, por lo que, al margen de todo lo anterior, se inyectaba semen de toro para elevar su líbido y de paso complacer a su joven esposa, Eva Braun.

El mismo documental concluye que el dictador padecía Parkinson y graves problemas hepáticos debido al cóctel de fármacos que ingería.
FUENTE

domingo, 25 de agosto de 2013

HITLER CONSUMIA DROGAS HASTA 80 FARMACOS DISTINTOS PARA CONVERTIRSE EN UN SUPERHOMBRE NAZI


Hitler consumía un cóctel de drogas para convertirse en un 'superhombre nazi'


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Adolf Hitler, en su intento por verse ante sus seguidores como el ejemplo perfecto del 'superhombre nazi', se volvió adicto a las drogas, llegando a consumir cócteles de hasta 80 fármacos, según informes de su médico personal hallados recientemente.

Si iba a gobernar el mundo, para el líder supremo era necesario demostrar que él era el espécimen perfecto, el modelo de la virilidad masculina y no despertar sospechas sobre sus problemas mentales y de salud. Sin embargo, ocultarlos era una tarea difícil, por lo que el padre de la 'raza superior' abusaba de las drogas, informa el diario británico 'The Mirror', citando cartas y registros médicos del doctor personal de Hitler.

Según la información, Theodore Morell suministraba a Hitler un cóctel de más de 80 fármacos, que incluían vitaminas y probióticos con semen de toro, veneno para ratas e incluso aceite para limpiar armas.

En los documentos se indica que Hitler sufría, entre otras dolencias, de un eczema crónico, persistentes dolores estomacales y flatulencia, para lo cual Morell le prescribió bacterias vivas que aliviaron efectos como los calambres que lo aquejaban.

Las tropas aliadas encontraron en la residencia del canciller un armario repleto de medicamentos, que contenía además un aceite de limpieza de pistolas y píldoras para la flatulencia a base de veneno para ratas.

De acuerdo con los informes médicos encontrados, otros doctores de Hitler especularon que Morell lo estaba envenenando, pero fueron despedidos por el Führer calificándolos de "tontos".

Asimismo, los documentos indican que Hitler recurrió a la cocaína para aliviar dolores del pecho, garganta e incluso utilizó gotas oculares que contenían un 10% de esta droga.

Y como si fuera poco, el 'superhombre nazi' también recibió inyecciones para la virilidad que contenían extractos de glándulas de testículos de toros jóvenes, o semen de estos animales para aumentar su deseo sexual y poder mantenerse al día con las exigencias de su joven amante.

También se documenta que cuando Hitler iba a mantener una reunión con el dictador italiano Benito Mussolini fue "altamente drogado" para controlar su hiperactividad, y lo mismo hacía en otras ocasiones para disminuir la presión arterial.

sábado, 1 de junio de 2013

FOTOS INEDITAS DEL BUNKER DE HITLER EN ALEMANIA


Fotos inéditas del bunker de Adolf Hitler


Dos diarios de Berlín publican imágenes tomadas de contrabando por un fotógrafo
 de la Alemania comunista en 1987
Crédito foto: Robert Conrad/Lumabytes


Los diarios Bild Spiegel publican 30 fotos inéditas que muestran las ruinas del búnker berlinés, tras décadas del suicidio del Führer -el 30 de abril de 1945-, tomadas por un aprendiz de conductor de autobuses, Robert Conrad.


De acuerdo con su relato, este fotógrafo, que ahora tiene 50 años, se infiltró en las ruinas disfrazado de operario de la construcción. Los restos del búnker berlinés quedaron en el sector este de la capital, territorio de la Alemania comunista, cerca de la frontera con el lado occidental.





Conrad entró en el lugar aprovechando unas obras de construcción contiguas y captó las imágenes con una pequeña cámara fotográfica con objetivo de 35 milímetros.


"Era la última y única oportunidad de documentar ese lugar", dijo Conrad al diario Bild, ya que inmediatamente después iban a empezar las obras de construcción de viviendasy quedarían sepultados esos accesos.


Según explica, volvió al lugar en unas treinta ocasiones, pese al peligro de ser descubierto.


El fotógrafo afirma estar seguro de haber descubierto también el lugar donde Magda Goebbels, la esposa del ministro de la propaganda, Joseph Goebbels, envenenó a sus seis hijos.


Conrad asegura no ser un "fan" del régimen nazi y haber tomado las fotografías por"fascinación" hacia esos lugares históricos. Actualmente trabaja como fotógrafo especializado en arquitectura en todo el país.

Lo que quedó del búnker en el que Hitler se suicidó junto a Eva Braun pasó al patrimonio arquitectónico nacional para protegerlo de las excavadoras en 1992, tres años después de la caída del Muro y dos de la reunificación alemana.


En el recinto llegaron a vivir 700 personas, entre altos dirigentes, funcionarios y oficiales de las SS y se encuentra a poca distancia del Reichstag, sede del Parlamento, y la emblemática Puerta de Brandeburgo.