¿Vacío o consumado? Las siete clases diferentes de amor, al
descubierto
Aunque el amor ha sido una importante preocupación de la psicología desde
tiempos de Freud, su estudio, como en la mayoría de los campos
de la disciplina, se preocupó más de lo patológico que de lo convencional. Tanto
Freud, como Maslow o Reik, trazaron sendas
teorías sobre el amor buscando las razones clínicas por las que algunas personas
eran incapaces de amar, pero no se preocuparon por investigar de qué manera
amaban las personas que aman.
No fue hasta 1986 cuando Robert Sternberg (Newark, EEUU,
1949), hoy presidente de la Universidad de Wyoming y uno de los más reputados
psicólogos del mundo, publicó en la revista Psychological Review su
seminal teoría triangular del amor. El artículo, que fue ampliado dos años
después en el libro El triángulo del amor: intimidad, pasión y
compromiso (Paidos), recogía la primera clasificación sobre los
tipos de relaciones amorosas, que sigue siendo ampliamente estudiada y
debatida hoy en día.
Según Sternberg, el amor es una relación interpersonal que se caracteriza por
tres componentes:
1. Intimidad: abarca sentimientos de apego, cercanía y
conexión emocional que promueven el vínculo afectivo en la pareja.
2. Pasión: refleja un estado de intenso deseo sexual y de
unión entre las partes.
3. Compromiso: se trata de la intención de las partes de
mantener el amor y continuar con la relación.
Según la teoría de Sternberg, las relaciones amorosas evolucionan desde la
pasión al compromiso, pudiendo desarrollar la intimidad en el camino y
manteniendo o no la pasión. Estos tres pilares del amor forman un
triángulo y la combinación de ellos resulta en siete tipos de amor.
Toda pareja se encuentra en uno de los siete estadios y puede evolucionar de uno
a otro en función de lo presentes que estén en la misma los tres pilares del
amor. Según el psicólogo, es improbable que una relación basada sólo en uno de
los vértices se mantenga en el tiempo, pero no ocurre lo mismo con las
relaciones que tienen dos o tres patas.
El triángulo del amor de Robert
Sternberg
En función de la presencia o no de cada componente del amor, Sternberg
estableció siete tipos de relaciones, que encajan dentro de las siguientes
descripciones:
1. Cariño (sólo intimidad)
Se trata del amor propio de las amistades: existe un vínculo y una cercanía
con la otra persona, pero no hay pasión física ni existe un compromiso a largo
plazo. Este tipo de amor es característico de las relaciones de pareja recién
estrenadas, normalmente a partir de una amistad previa, que no encuentran el
camino para profundizar más allá de la mera amistad. Si no avanzan a otro
estadio no suelen durar más de dos meses.
2. Encaprichamiento (sólo pasión)
Se trata del amor propio de los “flechazos”, caracterizado por un intenso
deseo sexual y la necesidad de contacto físico, pero sin que medie, por el
momento, la intimidad ni el compromiso. Es característico de la primera fase de
algunas relaciones, pero no funciona con el tiempo si no se desarrolla alguno de
los otros pilares del amor.
3. Amor vacío (sólo compromiso)
Es característico de las uniones por conveniencia o de los matrimonios que, a
la larga, han perdido la pasión y la intimidad. Sigue existiendo un interés por
mantener la relación, pues interesa a las dos partes, pero los miembros no
sienten nada el uno por el otro.
4. Amor romántico (pasión + intimidad)
Es el amor propio de una pareja bien avenida en los primeros meses o años de
ésta (sobre todo si los miembros son jóvenes). Existe un intenso deseo sexual y
ha aparecido la intimidad propia de una pareja, pero aún no se ha adquirido
ningún compromiso ni se ha discutido sobre planes de futuro.
5. Amor sociable (intimidad + compromiso)
Es característico de numerosos matrimonios de largo recorrido. La pasión
sexual ha desaparecido, pero sigue habiendo cariño, confianza y compromiso. La
pareja sigue compartiendo su vida aunque no exista deseo sexual físico. Se trata
de un tipo de amor que puede durar mucho en el tiempo, pero la pareja corre el
peligro de perder la intimidad o el compromiso, lo que puede suponer el fin de
la misma.
6. Amor fatuo (pasión + compromiso)
Se trata del amor en el que ambas partes muestran compromiso y tienen una
vida sexual plena, pero no ha desarrollado una intimidad emocional sólida. La
intención de permanecer juntos existe dado que la pasión es fuerte, pero en
cuanto esta falle es probable que el amor desaparezca, dado que la intimidad es
el pilar amoroso que ofrece más estabilidad a la pareja.
7. Amor consumado (pasión + intimidad + compromiso)
Es la forma completa de amor, el estado ideal al que todas las parejas
aspiran. Sterbeng asegura que llegar a esta forma de amor no es tan difícil como
mantenerla en el tiempo, algo que logran muy pocas parejas. Es muy habitual que
las parejas que alcanzan este estadio con el tiempo acaben pasando a tener un
amor sociable.
¿Un triángulo o varios triángulos?
Si bien la teoría de Sternberg clasifica el amor en compartimentos estancos,
se trata de una explicación dinámica del amor, en la medida en que toda
pareja puede fluctuar de una a otra tipología en el tiempo. Toda
relación tiene la capacidad de alcanzar el amor consumado si se trabaja por
alcanzarlo. El problema, como han apuntado diversas revisiones a la teoría de
Sternberg, es que los miembros de la pareja no siempre coinciden a la hora de
encajar ésta en una de las siete tipologías.
Un miembro de la
pareja puede pensar que su amor es consumado, mientras la otra parte está
notando una falta de pasiónEn 1992 los psicólogos Michele
Acker y Mark Davis trataron de aplicar la teoría
triangular del amor entre un grupo de estudiantes universitarios de entre 18 y
20 años. En su trabajo Sternberg había utilizado sólo parejas de en torno a 28
años y cuya relación duraba entre 4 y 5 años, y Acker y Davis creían que
fallaría a la hora de clasificar a parejas más jóvenes. En su opinión,
además, para clasificar los tipos de amor era fundamental contar con la duración
de éste.
Los resultados fueron complejos. Si bien todos los participantes del estudio
definían la situación de su pareja utilizando una de las siete tipologías de
Sternberg, su clasificación difería en ocasiones de la que realizaba la
otra parte. Por ejemplo, un miembro de la pareja puede pensar que su
amor es consumado, mientras la otra parte está notando una falta de pasión.
Davis y Acker llegaron a la conclusión de que la teoría del triángulo
del amor era válida, pero sólo si se aceptaba la existencia de varios
triángulos. En su opinión cada miembro de la pareja establece tres
triángulos: uno real –la manera en que siente el progreso y el alcance de la
relación–, uno ideal –el estado de la relación al que le gustaría llegar–, y uno
percibido –el estado de la relación en el que cree se encuentra la otra
persona–. En opinión de los psicólogos, si cada parte de la pareja
tiene ideas distintas sobre cada triángulo es probable que la situación de ésta
empeore con el tiempo. Lo que tuvieron claro, al igual que Sternberg,
es que las relaciones cambian con el paso de los años y los meses, pero pueden
hacerlo a mejor o a peor, y está en nuestra mano, y en la de nuestra pareja, que
evolucionen en la dirección que deseamos.
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