El Gobierno quiere que los jóvenes aprendan a “decir no” a las relaciones sexuales
Sanidad prepara un plan de orientación a la sexualidad y otro de apoyo a la
maternidad, que será complementaria a la Ley del aborto de Gallardón, en la que
se contemplarán exenciones fiscales y sistemas de conciliación con los estudios
y el trabajo. Mato negocia con Hacienda y Comunidades Autónomas.
El ministerio que dirige Ana Mato quiere que los jóvenes se lo piensen un
poco antes de iniciar relaciones sexuales a edades cada vez más tempranas dentro
de un nuevo “plan de educación afectivo-sexual” que persigue
“no sólo informar sobre métodos anticonceptivos”, sino también educar para que
esos jóvenes, al margen de presiones ambientales, “aprendan a decir
no”, según han señalado fuentes de ese departamento a
Vozpópuli. La manera en que se encauzará ese “plan de
educación afectivo sexual” no está decidido, puesto que parece descartado que
vaya a convertirse en “asignatura” en la escuela.
En todo caso, la visión que tiene el Gobierno del PP de este asunto es diametralmente opuesta a la de campañas tan rompedoras como la “Póntelo, pónselo”, de los años 90, destinada principalmente a los adolescentes al objeto de evitar embarazos no deseados. Bien es cierto que desde entonces los embarazos entre las mujeres más jóvenes se han reducido a casi la mitad pero ha crecido el porcentaje de las que abortan por encima de las que deciden seguir adelante con su maternidad. El 13,67% de las mujeres que abortaron en 2011 (todavía no hay datos del Ministerio correspondientes a 2012) eran menores de 19 años, esto es, un total de 14.586 abortos, de los que 455 fueron de niñas menores de 15 años. No tiene España, sin embargo, una edad media muy baja de inicio de relaciones sexuales completas, que es de 16 años.
Este plan de orientación afectivo-sexual dedicado a los más jóvenes irá acompañado de otro de apoyo a la maternidad que tiene como fin complementar la controvertida reforma de la Ley de Aborto que prepara el ministerio de Alberto Ruiz-Gallardón. Se trata de “dar opciones a las mujeres que quieren ser madres” desarrollando mecanismos de apoyo que eviten el mayor número posible de abortos, entendido en Sanidad como “un drama”. Este ministerio está trabajando con Hacienda en el estudio de exenciones fiscales para futuras madres en dificultades, así como buscar vías para la conciliación de maternidad y estudios –para las más jóvenes—o con el trabajo a través de convenios con empresas. Capítulo aparte es el de las autónomas, que se ven claramente perjudicadas con la maternidad.
Mientras tanto, el desarrollo de la nueva Ley del Aborto cae de pleno del lado del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que ha generado bastante desconcierto respecto a su anunciada eliminación del tercer supuesto, referido a las taras o malformaciones en el feto. Según indicaron fuentes solventes a Vozpópuli, ese supuesto puede quedar disfrazado bajo el de daño físico o psicológico para la madre, como una vía intermedia para intentar contentar a los más conservadores del PP en esta materia, como el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, o el ala más liberal, representada por la vicepresidenta primera de la Mesa de Congreso, Celia Villalobos, que el pasado martes se levantó del escaño mientras intervenía su compañera de partido Beatriz Escudero para rechazar una moción del PSOE en favor del mantenimiento de la actual ley de plazos, de 2010.
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En todo caso, la visión que tiene el Gobierno del PP de este asunto es diametralmente opuesta a la de campañas tan rompedoras como la “Póntelo, pónselo”, de los años 90, destinada principalmente a los adolescentes al objeto de evitar embarazos no deseados. Bien es cierto que desde entonces los embarazos entre las mujeres más jóvenes se han reducido a casi la mitad pero ha crecido el porcentaje de las que abortan por encima de las que deciden seguir adelante con su maternidad. El 13,67% de las mujeres que abortaron en 2011 (todavía no hay datos del Ministerio correspondientes a 2012) eran menores de 19 años, esto es, un total de 14.586 abortos, de los que 455 fueron de niñas menores de 15 años. No tiene España, sin embargo, una edad media muy baja de inicio de relaciones sexuales completas, que es de 16 años.
Este plan de orientación afectivo-sexual dedicado a los más jóvenes irá acompañado de otro de apoyo a la maternidad que tiene como fin complementar la controvertida reforma de la Ley de Aborto que prepara el ministerio de Alberto Ruiz-Gallardón. Se trata de “dar opciones a las mujeres que quieren ser madres” desarrollando mecanismos de apoyo que eviten el mayor número posible de abortos, entendido en Sanidad como “un drama”. Este ministerio está trabajando con Hacienda en el estudio de exenciones fiscales para futuras madres en dificultades, así como buscar vías para la conciliación de maternidad y estudios –para las más jóvenes—o con el trabajo a través de convenios con empresas. Capítulo aparte es el de las autónomas, que se ven claramente perjudicadas con la maternidad.
Sanidad encuentra un muro presupuestario para poder sacar adelante medidas como exenciones fiscales o ayudas para la conciliación destinadas a futuras madres con dificultadesPero lo cierto es que desde el departamento que dirige Ana Mato admiten que es necesario esperar “tiempos mejores” desde un punto de vista económico, porque los planes de familia y de apoyo a la maternidad no son gratis y Sanidad deberá aguantar, al menos, hasta el próximo ejercicio presupuestario para sacar adelante alguna medida.
Mientras tanto, el desarrollo de la nueva Ley del Aborto cae de pleno del lado del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que ha generado bastante desconcierto respecto a su anunciada eliminación del tercer supuesto, referido a las taras o malformaciones en el feto. Según indicaron fuentes solventes a Vozpópuli, ese supuesto puede quedar disfrazado bajo el de daño físico o psicológico para la madre, como una vía intermedia para intentar contentar a los más conservadores del PP en esta materia, como el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, o el ala más liberal, representada por la vicepresidenta primera de la Mesa de Congreso, Celia Villalobos, que el pasado martes se levantó del escaño mientras intervenía su compañera de partido Beatriz Escudero para rechazar una moción del PSOE en favor del mantenimiento de la actual ley de plazos, de 2010.
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