Turquía detiene a 29 tuiteros por "incitar a la sublevación"
Por sexto día consecutivo, los manifestantes desafiaron en la calle a Erdogan
ESTAMBUL.- Mientras las protestas contra el gobierno islamista continuaban en Turquía por sexto día consecutivo, la policía detuvo ayer en la ciudad de Izmir a 29 usuarios de Twitter, a los que acusó de incitar a las manifestaciones y a la sublevación a través de esa red social.
Ali Engin, presidente regional del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), dijo que los arrestados apoyaban al movimiento de protestas que desde hace días se extiende en Turquía y que "se comprometieron por un país libre". "Si eso es un crimen, todos lo cometimos", dijo Engin tras reunirse con la policía para recibir información sobre los arrestos.
El fin de semana, el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, había adelantando su rechazo a Twitter. "Esa cosa que llaman redes sociales no es más que una fuente de problemas para la sociedad actual", dijo.
En un país en el que los canales de noticias son criticados por la escasa cobertura de la protesta, Twitter y Facebook son los principales medios de comunicación de los manifestantes. Allí se divulga rápidamente información sobre los movimientos de la policía y sobre nuevas protestas, y también algunos rumores e insultos.
Las detenciones provocaron una gran repercusión en Turquía y son consideradas un nuevo ejemplo de la arbitrariedad de las autoridades en el manejo de las críticas. Los detenidos son todos jóvenes, dijo Sevda Erkan Kilic, abogada y política del CHP.
Kilic visitó a los detenidos junto a una delegación y dijo que las acusaciones son exageradas. Según relató, habían publicado mensajes en Twitter como "Llega la policía" o "Resistencia, no dejemos que desocupen la plaza". En otros se pedían médicos o se advertía sobre el humo de los gases lacrimógenos.
Los activistas reclamaron ayer que se prohíba el uso de gas pimienta y gases lacrimógenos y demandaron el despido de todos los funcionarios responsables de la violenta represión de las protestas.
La ola de protestas se desató a finales de la semana pasada por la represión de una acampada organizada contra la remodelación del parque Gezi, situado junto a la plaza Taksim. Sin embargo, lo que comenzó como una crítica a un proyecto urbanístico se convirtió en un movimiento contra Erdogan, calificado de "autoritario" por los manifestantes y criticado por impulsar reformas islamistas en un país históricamente laico.
Ayer, decenas de miles de trabajadores públicos y profesionales liberales se unieron en toda Turquía a las protestas populares, que se saldaron con choques con la policía en Ankara, en la sexta jornada de unas manifestaciones que dejaron ya tres muertos y más de 4000 heridos.
Las protestas continuaron también en Estambul tras otra noche en la que se registró violencia en varias ciudades del país.
Según los manifestantes y el canal de noticias NTV, la policía empleó gas lacrimógeno, balas de goma y cañones de agua para reprimir a un grupo de activistas que se dirigían a la plaza Taksim tras una manifestación pacífica. En el barrio de Besiktas, los manifestantes reclamaron la dimisión del gabinete de Erdogan.
Antes de los enfrentamientos, en la plaza Taksim se habían manifestado pacíficamente decenas de miles de personas.
Muchos de los manifestantes llevaban pancartas en las que criticaban o ridiculizaban a Erdogan y su partido islámico. La policía se mantuvo alejada durante esa manifestación.
El premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk dio su apoyo a las protestas: "El gobierno de Erdogan es represor y autoritario", dijo el escritor, según el diario turco Radikal.
En tanto, hackers del grupo Anonymous bloquearon la página en Internet del primer ministro turco. Según medios locales, los hackers también habrían tenido acceso a cuentas de correo electrónico