Luis Roldán informó por escrito a Rajoy de los contactos de Zarzuela con ETA
Jaime Mayor Oreja y Mariano Rajoy conocían desde 2001 que la Casa del Rey había establecido contactos con ETA una década antes con el fin de lograr una tregua de cara a la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. El portavoz del PP en el Parlamento Europeo y el actual presidente del Gobierno fueron informados por sendas misivas remitidas por Luis Roldán a comienzos de 2001 cuando estaban al frente del Ministerio del Interior y el exdirector general de la Guardia Civil cumplía en la cárcel una condena de 31 años.
El Confidencial publicó que el secretario general de la Casa Real, José Joaquín Puig de la Bellacasa, negoció con ETA a lo largo de 1990 a través del intermediario Juan Félix Eriz. El diplomático, que estaba llamado a sustituir al jefe de la Casa, Sabino Fernández Campo, fue destituido fulminantemente por el Rey tras permanecer tan sólo ocho meses en la Zarzuela. Se esgrimieron diversas razones para explicar su salida, pero la que más influyó fue el descubrimiento de sus conversaciones con la banda terrorista. Las gestiones del secretario real con ETA a espaldas del Gobierno, que aparecieron en un documento de ETA que la Guardia Civil intervino a la banda durante una operación antiterrorista en el sur de Francia, provocaron las quejas ante el Rey del entonces presidente del Gobierno,Felipe González.
Roldán remitió la primera carta a Mayor Oreja, el 16 de febrero de 2001, a la sede del Ministerio del Interior, en el paseo de la Castellana de Madrid. La misiva ocupaba cuatro folios mecanografiados y jamás tuvo respuesta, aunque sí la cartulina de color rosa del acuse de recibo de Correos. El exdirector cumplía condena por cohecho, malversación y otros delitos en la cárcel abulense y se quejaba del trato discriminatorio que estaban recibiendo por la dirección de los centros penitenciarios tanto él como su esposa, Blanca Rodríguez Porto, que permanecía recluida en una prisión de Orense. El exdirector de la Guardia Civil no exigía privilegios, pero reclamaba para él y su esposa el mismo trato que recibían en aquellos momentos algunos presos, entre quienes se encontrabanJosé Barrionuevo y Rafael Vera, condenados por el secuestro de los GAL de Segundo Marey. Roldán se quejaba de que aquello era un agravio comparativo y se presentaba como un hombre de Estado.
La primera carta
"Me quieren negar hasta la redención de penas en contra del criterio de los juristas de la propia Prisión", se lamentaba. Mantenía que aquel castigo añadido no tenía ninguna explicación, cuando él mantenía su silencio y una "actitud responsable" sobre algunos asuntos de Estado que sabía de su época de director general:
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