Tor, la red segura que todos quieren bloquear
La red Tor abreviatura de "The Onion Router" permite la navegación segura,
ocultando al usuario de cualquier rastreo o intervención externa
La primavera árabe o Wikileaks deben buena parte de su éxito al sigilo permitido por el empleo de la red Tor
El último capítulo en los intentos de impedir el uso de estas redes opacas proviene de la policía japonesa, con la manida excusa de su uso por delincuentes
La primavera árabe o Wikileaks deben buena parte de su éxito al sigilo permitido por el empleo de la red Tor
El último capítulo en los intentos de impedir el uso de estas redes opacas proviene de la policía japonesa, con la manida excusa de su uso por delincuentes
La red Tor ha estado en el punto de
mira de diversos gobiernos, instituciones y empresas de forma recurrente. Una
red que permite ocultar las comunicaciones y la navegación en general de todos
los usuarios conectados de forma simple y transparente es una potencial amenaza
para los que ambicionan un seguimiento ciudadano completo.
Japón no quiere a Tor
La última noticia ha sido el
intento por la policía nacional japonesa (Mainichi) de bloquear mediante los
propios
proveedores de internet el acceso a esta red, con la excusa de que pueden
encubrirse actividades ilícitas mediante este método.
A través de un informe en el que se insta a ISP a colaborar para
prevenir delitos, trata de convencer que es responsabilidad de estos colaborar
para localizar usuarios que empleen estas redes. Una suerte
de fiscalización preventiva. La intención es establecer una
prohibición generalizada del uso de redes seguras, lo que por otra parte nos
deja clara la intención de "saber" cómo son las pautas de navegación de los
ciudadanos nipones.
La truculenta historia de esta policía y de su desencuentro con
la tecnología viene de largo, tras el ridículo causado por la detención de
cuatro personas cuyos ordenadores habían sido infectados por un software de
control remoto por un supuesto hacker llamado Killer Demon, que se había
dedicado a publicar amenazas de muerte en ciertas páginas de tablones públicos,
al estilo Reddit. A pesar de esto, los métodos cuando menos abruptos de estos
agentes consiguieron "extraer" una confesión de estos cuatro inocentes, mientras
el hacker continuaba con su actividad, dejando en ridículo a todo el operativo
que terminaría en disculpa pública.
El caso, lejos de terminar, continuó con otro capítulo más
risible si cabe con la "detención" del gato de este hacker, en cuyo collar
había un pendrive con información que solo este podía conocer. Tras una revisión
de cámaras de vigilancia, lograron detener a Yusuke Katayama, de 30 años. En los
ordenadores de su casa descubrieron que había empleado redes Tor para ocultar su
rastro. La deducción de un cuerpo policial anclado en unos métodos que
contrastan fuertemente con una sociedad digitalmente avanzada fue simple: un
informe en el que este tipo de redes son origen de todo mal y deben prohibirse o
limitarse. La dificultad de establecer un cuerpo legal que justifique tal
simplicidad les lleva a que en su informe se pide la "colaboración" de los
proveedores de servicios.
La reacción de los medios, visto los métodos y sobre todo la
extraña deriva tecnológica del caso, ya ha provocado el rechazo del público y
una matización inmediata de los proveedores de servicio, que aseguran no
poder aceptar ese tipo de solicitudes.
Una red oculta y segura
Decir que el uso de una herramienta presupone
un comportamiento delictivo resulta de un razonamiento
paralógico, cuyo argumentario, de ser seguido, nos llevaría a prohibir por
igual la electricidad o el lenguaje.
Por supuesto, la posibilidad de ocultar comunicaciones será
aprovechada por todo un abanico de tipos delictivos, igual que en su origen esta
red fue empleada por militares. La existencia
de un lado oscuro, con todo un mercado negro, como el Black
Macket que opera con Bitcoins no es justificación suficiente para cuestionar
un método de privacidad.
Precisamente en su origen esta red de servicios encubiertos
fue creada por la
Marina de Estados Unidos, como forma de proteger sus comunicaciones,
que cifra la información no solo el contenido de los paquetes de datos sino
incluso su cabecera, dificultando cualquier intento de intrusión. El
desarrollo independiente de esta red daría origen a las redes .onion
, una especie de HTML paralelo que solo puede ser accedido mediante
entornos seguros, y a la misma Tor.
El uso de pasarelas denominadas VPN para establecer conexiones
puente es una de las claves para entender el uso de esta red por parte de
activistas y periodistas en países donde las comunicaciones son censuradas o
intervenidas. Asimismo, una de las mayores ventajas de esta red es que aporta
una disponibilidad constante y difícil de bloquear ya que evita ataques DDoS o
interrupciones por parte de autoridades.
La oportunidad para la libertad y el activismo
Son conocidos los intentos de estados autoritarios como China o
Irán de controlar el empleo que sus ciudadanos hacen de internet. En China, el
definitivo bloqueo de Google llevó a Baidu a ser casi la única oferta
disponible. El caso iraní, con los bloqueos a Facebook, a pesar de que cuenta
con 7,5 millones de usuarios registrados, o de crear su propia red, bloqueando
todos los VPN que no estén bajo su control, es otro de los más
destacables.
China es uno de los países con
mayor control de sus comunicaciones, donde la censura y
la vigilancia ciudadana son mayores. De hecho, se trata de una enorme intranet
cerrada prácticamente al exterior. Tal es así que en diversas ocasiones, sobre
todo en situaciones de inestabilidad social, como en las recientes
manifestaciones de diciembre en Guangdong, el Gobierno puede proceder al cierre
completo de sus comunicaciones. Asimismo, sus ciudadanos está obligados a
identificarse con su nombre real en todas las plataformas en las que pueda
verterse opiniones. La tipificación como delitos como el de incitación a la subversión contra el Estado, subversión contra el
Estado y revelación de secretos estatales hacen el resto .
Irán es otra de las naciones que bloquea masivamente todas las
VPN que puede localizar. A pesar de ello, sus ciudadanos consiguen de momento
sortear las restricciones mediante canales alternativos. Como ejemplo, el año
pasado se gastaron unos 5,5 millones de dólares en establecer canales, como los
que ofrecen Tor mediante Torcloud, vía servidores de Amazon de pago.
La Primavera Árabe ha sido un ejemplo de cómo la ciudadanía es
capaz de sortear las barreras y bloqueos a las comunicaciones para hacer llegar
los hechos al resto del mundo. La ayuda de organizaciones activistas
internacionales, que incluso proporcionaron equipos con módem capaces de
conectarse de forma independiente y conexiones satélite baratas, sería otro de
los elementos que posibilitaron esta comunicación directa.
Recientemente, las operadoras
de Reino Unido tomaron una iniciativa en línea con países considerados
menos democráticos tratando de bloquear el acceso a redes Tor por sus
usuarios.
De Echelon a SITEL, el espionaje estatal organizado
Las operadoras de telecomunicaciones guardan un listado de
nuestras conexiones que puede ser puesto a disposición judicial si así se
requiere. En el resto de casos nuestras comunicaciones son relativamente
privadas. Recientemente hemos conocido cómo, si se aprueba CISPA, que promueve
el espionaje preventivo de compañías norteamericanas de servicios de internet,
todos nuestros servicios podrán ser registrados con la excusa de la detección de
posibles actos de terrorismo o ciberdelincuencia.
El paso más grande dado en la intervención de
las comunicaciones ciudadanas lo dió Estados Unidos que, aliado con Canadá,
Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, ha establecido una red de escuchas
mundiales denominada Echelon. A pesar de ser una red de interceptación surgida
en la Guerra Fría y no haber sido revelada abiertamente, algo que incomodaría a
"aliados" que están fuera de su gestión, incluso teniendo antenas en
bases norteamericanas, como el caso alemán, su existencia es bien
conocida.
La España de Aznar no quiso ser menos que su aliado
norteamericano y en 2001 lanzó su propio sistema de espionaje denominado SITEL. A pesar de las
críticas surgidas entre diferentes orillas, ninguno de los sucesivos gobiernos
desde entonces dieron paso alguno para su clausura y a día de hoy tenemos un
sistema que utilizan tanto la Policía Nacional, como la Guardia Civil y el
Centro Nacional de Inteligencia.
La oportunidad del uso de redes que garanticen el ámbito privado
es, como vemos, un elemento a tener muy en cuenta entre quienes queramos
establecer comunicaciones seguras y cada vez más entre quienes directamente no
queramos estar sometidos al acecho de una industria con cada vez mayor impunidad
legal.