Los obreros franceses abandonan a la izquierda para votar a la extrema derecha
El Frente Nacional de Marine Le Pen lidera las encuestas de las próximas elecciones europeas mientras el socialismo se hunde
Se trata de una metamorfosis de gran calado social, político y cultural: parte de los antiguos electorados socialistas y comunistas están girando a la extrema derecha, consumando una ruptura entre el Partido Socialista (PS) y el electorado obrero.
Todos los sondeos y estudios sociológicos confirman la misma tendencia: la histórica ascensión electoral del Frente Nacional(FN, extrema derecha) coincide con un hundimiento sin precedentes del electorado del PS, confirmando la metamorfosis social y cultural que está produciéndose en el paisaje político francés.
Numerosos filósofos y analistas llevan años confirmando esta sentencia de Michel Onfray, uno de los filósofos más populares e influyentes de Francia: «La izquierda francesa ha dejado de representar a los obreros». Todos los análisis sociológicos, desde hace más de un año, confirman las mismas tendencias: desde hace años, un 30 % de los obreros franceses votan sistemáticamente, al FN, convertido en primer partido obrero de Francia. Al mismo tiempo, musulmanes y negros franceses (entre 5 y 6 millones, los primeros; entre 2 y 3 millones los segundos), prefieren votar a los partidos de izquierda o extrema izquierda...
Consecuencia de tal evolución del tejido social y cultural: el ya célebre sondeo del Nouvel Observateur (socialdemócrata) anuncia que el FN se ha convertido provisionalmente en el primer partido de Francia, con un 24 % de intenciones de voto en las elecciones europeas del mayo próximo. El mismo sondeo anuncia una caída igualmente histórica del PS, que retrocede a un humillante tercer puesto, con un 19 % de intenciones de voto. La derecha moderada de la UMP pierde terreno, pero se mantiene en un digno segundo puesto, con un 22 por ciento de intenciones de voto.
El núcleo central de los electorados conservadores gira a la derecha dura y la extrema derecha, mientras que el PS se hunde víctima del alejamiento del electorado popular y del rechazo creciente de unas clases medias muy castigadas por los impuestos y la crisis.
La crisis del socialismo francés coincide con la balcanización de las izquierdas. El PCF (que fué el segundo partido de Francia, en su día) se ha convertido en un grupúsculo gesticulante, entre otros grupúsculos, como el Nuevo Partido Anticapitalista (2 % intenciones de voto), el Frente de Izquierdas (que une al PCF y otros gupúsculos, que no suman juntos más del 10 % de las intenciones de voto), y los ecologistas que oscilan entre el 5 y el 6 % de las intenciones de voto.
Ese arco iris de izquierdas electoramente minoritarias refleja con precisión la ausencia de liderazgo, el vacío de ideas, los enfrentamientos fratricidas y el alejamiento histórico de los obreros y el antiguo voto popular. El PS y todas las izquierdas tienen menos voto obrero que la extrema derecha del FN. Tragedia política y vacío ideológico, cultural. Un Gobierno socialista donde abundan los burgueses muy acomodados, con patrimonios muy por encima de la media nacional, dice representar a una Francia «popular» que vota mayoritariamente al FN de Jean-Marie y Marine Le Pen.