La penitencia que no cesa de 840 monitores andaluces despedidos
Fueron subcontratados por la Junta, que ahora se niega a subrogarlos
Educación rompió los contratos tras varias denuncias de trabajadores por la precariedad
Se han movilizado en toda Andalucía por falta de garantía para que recuperar sus trabajos
No se fían de la Junta de Andalucía. Esta puede ser la conclusión de la reunión mantenida el pasado lunes por los monitores administrativos que ya no prestan su servicio en los colegios andaluces con la directora de Recursos Humanos de la Consejería de Educación, Antonia Cascales, para aclarar su futuro laboral después de que éstos hayan sido despedidos y la Junta no los haya subrogado.
En este encuentro, Cascales se comprometió a paralizar el plan de choque anunciado días antes para sustituir a los 840 monitores administrativos que hasta ahora, y desde el año 2006, venían prestado su servicio en los colegios de la región andaluza a través de subcontratas. Varios trabajadores denunciaron la precaria situación laboral en la que se encontraban desde hacía años y Educación decidió entonces asumir directamente la gestión de este servicio para lo cual convocaría una oferta de empleo público que tendría en cuenta la experiencia.
Al romper la Junta el contrato con las subcontratas, las monitoras (el 90 por ciento son mujeres) ha sido despedidas, las últimas de ellas este martes en Jaén. Educación aseguró que no podía subrogar a estas trabajadoras porque ya habían sido despedidas generando malestar entre éstas, que rechazaron de lleno el plan de choque anunciado al entender que éste, que es tramitado por los servicios de empleo de la comunidad autónoma, está dirigido a los parados de larga duración. Antonia Cascales se comprometió a paralizar dicho plan de choque con el fin de buscar una solución "legal" para readmitir al mayor número de monitores despedidos, pero no aclara mediante qué fórmula.
Por esta razón, este miércoles los monitores administrativos han protestado en todas las provincias de Andalucía. Vestidos con sus camisetas reivindicativas, de color morado "penitencia", en las que se podía leer "Monitores administrativos en lucha, despedidos injustamente por la Junta", se han concentrado en algunas de las provincias ante la sede del PSOE, "por ser el partido que ha gobernado en Andalucía en los últimos 35 años", y ante las delegaciones del Gobierno en otras.
En su protesta, los monitores han pedido la "readmisión y subrogación" por parte de Educación para cubrir unos puestos que en la actualidad están descubiertos porque "si éramos válidas hasta ayer, seguimos siendo válidas mañana".
La portavoz de estos monitores en la provincia de Córdoba, Vanesa Carrasco, ha lamentado que "después de ocho años de penitencia en los que hemos cobrado cuatro euros la hora cuando la Junta pagaba a las empresas hasta nueve, cuando se negaban a pagarnos vacaciones o bajas por maternidad, ahora nos echen a la calle". Carrasco mantiene que lo que pretende la Junta, al no subrogarlos a pesar de que hay dos resoluciones favorables a estos del Ministerio de Empleo en Cádiz y Córdoba que dictamina que lo que la Junta ha hecho es una "cesión ilegal" de trabajadores, no es otra cosa que "meter en estos puestos a quienes ellos quieran". De momento, la Junta espera a que los sindicatos CCOO y UGT realicen alguna propuesta.
Carrasco mantiene que la Junta no solo ha permitido esta situación sino que la ha generado firmando pliegos y contratos con las empresas que no recogían ni el convenio, ni las condiciones de subrogación, ni las de trabajo mínimas de los trabajadores, que a su juicio, tendrían que ser fijos discontinuos. Los monitores eran contratados por obra y servicio durante el curso escolar.
Las protestas de este miércoles están motivadas, a pesar del anuncio de paralizar el plan de choque por parte de la Junta, porque "no nos han dado ninguna seguridad de que podamos recuperar nuestros puestos de trabajo". La próxima tendrá lugar también paralelamente en toda Andalucía el día 10 ante las delegaciones provinciales de Gobierno, donde protagonizarán una ruidosa cacerolada.