NO SE DONDE IREMOS A
PARAR
Los padres, de nacionalidad británica, tuvieron que
ir con la niña de 8 meses a un cajero a sacar dinero para que el médico la
examinara - La familia tiene tarjeta sanitaria y está empadronada
a. p. f. calpRubie nació en el hospital de Dénia hace 8
meses. Sus padres, Jaycee Leigh Robinson y Clwyd Ian Peter French, de
nacionalidad británica y vecinos de Calp, han llevado a la pequeña a todas las
revisiones y hasta ahora hablaban maravillas de la sanidad en España. Hasta
ahora. En la madrugada del 12 de abril, a Rubie le empezó a subir la fiebre.
Cuando ya tenía 39º de temperatura y vomitaba sin parar, sus padres la llevaron
a toda prisa al centro de salud de Calp. "En el coche, llegó 41 de fiebre y nos
asustamos porque tenía los ojos en blanco y vidriosos. Temíamos que pudiera
tener meningitis", explicó ayer Jaycee, su madre. Pero, al entrar en urgencias,
"nos dijeron que no la atendían si antes no pagábamos".
Jaycee todavía hoy no
da crédito. Tanto ella como su pareja tienen tarjeta SIP. Llevaban el libro de
familia, los pasaportes y el SIP provisional de la pequeña. Aún así, la madre
pidió que el médico revisara al bebé y luego les hicieran la factura. Pero ni
por esas. Les exigían que pagaran por anticipado.
Los padres tuvieron que
coger otra vez el coche y dirigirse con la niña a un cajero a sacar dinero.
"Primero nos dijeron que debíamos pagar 123 euros. Y sacamos del banco 120
euros, porque mi pareja tenía algunas monedas. Pero cuando llegamos al centro de
salud nos volvieron a decir que eran 132 euros. Además, allí tenían la máquina
para pagar con tarjeta", comentó, indignada, Jaycee mientras mostraba los
recibos. Finalmente, pagaron 120 euros en efectivo y el resto, hasta 132,59
euros, con la tarjeta.
Habían llegado al centro de salud pasadas las 1.30
horas de la madrugada y, por fin, casi a las 3, el médico examinó a la pequeña
Rubie. "Nos dijo que no era grave. Que la fiebre le había subido porque le están
saliendo los dientes, pero sí que nos recetó amoxicilina [un antibiótico] que es
para tratar las infecciones".
Jaycee insistió en que hasta esa noche nadie
les había puesto trabas para que su bebé recibiera atención médica gratuita. De
hecho, mostró la cartilla de salud infantil en la que figuran todas las
revisiones y vacunas. El pasado 30 de abril llevó a la pequeña al consultorio de
la Casa del Mar, donde tiene asignada pediatra, y allí la volvieron a atender
con total normalidad y sin pedirle que pagara ninguna tasa
sanitaria.
En manos de
abogados
"Ahora Rubie está muy bien. Pero nos llevamos un buen susto. Aquella
noche, cuando la tenía en los brazos, estaba caliente como una estufa", recuerda
esta madre de 24 años, que dice que no quiere que ningún otro padre se vea en
esa situación de que le nieguen la atención a su bebé y le pidan dinero. "No
quiero que me devuelvan lo que pagué, pero lo importante es que esto no le
vuelva a pasar a nadie. Ya hemos hablado con abogados y estamos decididos a
presentar una denuncia".
"El SIP provisional es un número y no da derecho a
la sanidad pública"
La empresa Marina
Salud, que gestiona la sanidad en la Marina Alta, sostuvo ayer que la tarjeta
SIP provisional "es sólo un número" y no da derecho a acceder a la sanidad
pública. Precisó que los padres de Rubie debían haber inscrito a la niña en el
INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social). A todos los progenitores
extranjeros cuyos hijos nacen en el hospital se les entrega, según indicó la
concesionaria de la sanidad en la comarca, un escrito en el que se les explica
que deben cumplir este trámite para tener derecho a la asistencia sanitaria
gratuita. Marina Salud señaló que en cualquier departamento de salud también se
le hubiera pedido a los padres que pagaran la tasa sanitaria.
Hasta ahora los
padres de Rubie estaban encantados con la asistencia sanitaria en España. "En el
parto en el hospital nos trataron muy bien. Antes, durante una ecografía, el
médico incluso nos explicó todo en inglés ya que mi pareja no habla muy bien
castellano", explicó ayer Jaycee. "En el hospital de Dénia, todos fueron muy
amables. No teníamos ninguna queja de la sanidad. Al contrario, estábamos muy
contentos".
La madre admitió que en el centro de salud de Calp, cuando no
atendían a su hija, se pusieron nerviosos y discutieron con la recepcionista. La
única explicación que les dio, afirmó, fue que la ley había cambiado. "Nos pidió
el pasaporte de Rubie, pero nos falta un certificado de Inglaterra. Pero hemos
preguntado en la embajada de Madrid y nos dicen que es una broma que nos pidan
el pasaporte para atender a nuestra niña". a. p. f.
calp