El Banco de España propone contratar por debajo del
salario mínimo
El informe anual de la entidad considera que la moderación de los sueldos
es esencial para la recuperación de la economía española
MADRID (EUROPA PRESS) El Banco de España señala en su
memoria anual correspondiente a 2012 que el riesgo de que el paro de larga
duración se haga "crónico" es "muy preocupante", y propone
explorar la posibilidad de contratar con carácter
"excepcional" por debajo de salario mínimo interprofesional (SMI),
que se encuentra actualmente en 645,30 euros al mes.
Así, aunque cree que los resultados de la reforma laboral a la hora de
frenar el desempleo son "esperanzadores", considera que no se han
dado los pasos suficientes en materia de contratación.
Para ello, apuesta por "explorar mecanismos excepcionales para evitar
que el salario mínimo actúe como una restricción para grupos específicos de
trabajadores con mayores dificultades para su empleabilidad".
Además, para crear empleo a corto plazo e introducir mayor flexibilidad
salarial, plantea "nuevas fórmulas que permitan, en casos especiales, la
desviación temporal respecto a las condiciones establecidas en la negociación
colectiva", así como "asegurar que la reducción del alcance de las
cláusulas de indexación salarial no revierta en fases de crecimiento
económico".
Adelantar la edad de jubilación
En materia de pensiones, el Banco de España cree que garantizar cuanto
antes la sostenibilidad del sistema aportaría gran certidumbre sobre la
voluntad reformista de España, sin tener impacto sobre las condiciones
laborales y sociales actuales.
Por ello, recalca que es preciso diseñar "como está previsto" en
el Plan Nacional de Reformas un factor de sostenibilidad "que posibilite
modificaciones automáticas de los parámetros del sistema que permitan
garantizar su sostenibilidad en el medio y largo plazo".
Más aún, en línea con las recomendaciones de Bruselas, dice que "sería
aconsejable anticipar la entrada en vigor del retraso en la edad de
jubilación (hasta los 67 años) y del alargamiento del período de
cálculo de la base reguladora (de los 15 a los 25 años)", dado que, desde
la entrada en vigor de la reforma de las pensiones de 2011, "el problema
se ha intensificado" y "los plazos acordados resultan muy
dilatados".
También para salvaguardar la confianza en la economía española ante la
"fuerte sensibilidad" presente aún en los mercados, el Banco de
España propone establecer "un horizonte presupuestario de medio plazo que
proporcione suficiente detalle sobre las medidas necesarias que, con carácter
permanente, permitan culminar el proceso de consolidación fiscal".
Estas medidas, deberían basarse, a su juicio, en una revisión "en
profundidad" de la dimensión del sector público, de los distintos
programas de gasto y del sistema impositivo.
En cuanto a posibles medidas de reactivación económica, el banco estima que
"las condiciones financieras continúan siendo muy estrictas" y que
"no existe margen de maniobra significativo para el recurso a las
políticas macroeconómicas de estímulo de la demanda".
"Corresponde a las políticas de oferta y de reforma estructural
desempeñar un papel determinante en la recuperación de la confianza interna y
externa y en el impulso del crecimiento a medio y largo plazo, que permitan
aliviar los efectos a corto plazo de los procesos de ajuste", añade.
En cuanto a la consolidación fiscal, el Banco de España urge a no
demorarlo. Así, señala que la estrategia de ajuste fiscal debe
tener en cuenta "no sólo la evolución de la actividad económica, sino
también los costes de retrasar excesivamente la consolidación en términos de riesgos
para la credibilidad y su impacto sobre la confianza de los agentes".
No obstante, asegura que la reducción del déficit público nominal en 2012,
hasta el 7%, "no refleja adecuadamente el esfuerzo de consolidación
efectuado".
Por ello, propone tener en cuenta el déficit estructural, corregido del
impacto del ciclo económico y del efecto de los cambios en la carga de
intereses o de las ayudas a la banca.
De acuerdo con esta medida, asegura que el esfuerzo fiscal habría superado
los 6 puntos del PIB entre 2009 y 2012, lo que contrasta con la reducción
nominal de sólo 0,5 puntos porcentuales del PIB en el mismo periodo.