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viernes, 15 de marzo de 2013

ALEMANIA AYUDA MAS A LAS FAMILIAS


Hay que tener 15 hijos para recibir las mismas ayudas que da Alemania con dos

Hay que tener 15 hijos para recibir las mismas ayudas que da Alemania con dos
Las ayudas económicas a las familias españolas son muy escasas en comparación con la UE
Una familia española necesitaría tener quince hijos y ganar menos de 35.620 euros al año para disfrutar de las mismas ayudas que recibiría una familia alemana con dos hijos independientemente de los ingresos que entraran en casa. Este es uno de los ejemplos que ha utilizado el Instituto de Política Familiar (IPF) para ilustrar la difícil situación que viven las familias en nuestro país.

En un informe que analiza varios parámetros, este organismo llega a una contundente conclusión: «Las familias españolas están en bancarrota». Porque perciben menos ingresos; porque los gastos, aunque se han restringido, superan el sueldo que llega al hogar; porque han perdido poder adquisitivo; porque no existen prácticamente ayudas para ellas y cuando las hay son exiguas y muy limitadas... Y porque, en definitiva, ningún Gobierno se ha preocupado por articular una verdadera política de familia. «Han sido abandonadas por las diferentes administraciones», afirma Eduardo Hertfelder, presidente de esta entidad.
Y a la luz de los datos que analiza esta investigación, no es de extrañar que nuestro país se sitúe en el furgón de cola de la Europa de los 27 en política familiar. Solo las familias de Polonia, Bulgaria y Lituania se encuentran en peor situación.

Por ejemplo, la prestación por hijo a cargo (25,24 euros al mes), la única ayuda que, en principio, se extiende a todas las familias, es de las más bajas de la UE, está muy alejada de la media europea (125 euros/mes). Por si fuera poco, lleva congelada trece años. «De hecho, si se hubiera actualizado tan solo el IPC desde el año 2000, la cuantía ahora sería de 35,75 euros/mes (416,71 euros/año)», explica Hertfelder.
Además son muy pocos los que pueden recibirla, ya que está condicionada a un límite de renta muy bajo (11.490 euros al año), cuando en la mayor parte de los países europeos se trata de una prestación universal, es decir la recibe todo aquel que tenga un hijo o más, gane lo que gane. Esta ayuda tampoco tiene en cuenta la situación actual que viven los jóvenes. Muchos países extienden esta medida más allá de los 18 años, pues bien por estudios o por dificultades para emanciparse, los hijos siguen dependiendo de los padres después de la mayoría de edad. España es uno de los pocos Estados que no lo hace.

Muy lejos de los mejores

Para hacerse una idea, el IPF dice que una familia donde ambos miembros de la pareja trabajen y perciban el salario mínimo interprofesional (752 euros al mes), es decir entre ambos 18.068 euros al año, no podrían acceder a la prestación por hijo a cargo. Y eso le ocurre a nueve de cada diez familias españolas. De hecho, solo 1,1 millones de menores de los 8,3 millones que hay en España recibieron esta ayuda.
Solo teniendo en cuenta este parámetro, se comprueba que nuestro país está muy alejado de otros que cuidan mucho más a las familias, como Luxemburgo que concede 216,15 euros por hijo de forma universal, al igual que Alemania (184) o Irlanda (140).
El resto de medidas de apoyo a las familias son para aquellas que tienen necesidades muy específicas: hijos con discapacidad, partos múltiples, familias numerosas y monoparentales... Pero aún en estos casos las ayudas están muy condicionadas. Las familias numerosas reciben por el nacimiento de un hijo (a partir del segundo) mil euros en un pago único, pero con un límite de ingresos de 17.293 euros. Las monoparentales también tienen derecho a esta prestación con un tope de renta 11.490 euros. Un techo que deja a la mayoría fuera de estos apoyos económicos.

Y a todo eso hay que sumar el gran impacto de la crisis que ha reducido el poder adquisitivo de las familias, ahogando a muchos hogares que no pueden llegar a final de mes. Por ejemplo, y como término medio, hace cuatro años una familia gastaba unos 32.000 euros anuales, lo que se ha reducido a 29.400 euros en 2011. Es decir, las familias han conseguido privarse de necesidades para gastar 2.500 euros menos cada año. Pero ese esfuerzo ha venido contrarrestrado por una reducción de los ingresos: los hogares han pasado de disponer de unos 26.000 euros de media en 2007 a 24.609 en 2011. Las cifras reflejan que por muchos sacrificios que están haciendo las familias gastan más de lo que ingresan.

Solo el 0,09% del PIB

Cuando el IPF repasa lo que suponen las ayudas a la familia para las arcas del Estado, también llega a una tajante conclusión: «son insignificantes», hasta el punto que ni siquiera alcanzan el 0,1% del PIB. En 2011, las ayudas directas se tradujeron en mil millones de euros (0,09% del PIB).
«Las administraciones españolas no pueden seguir ignorando y abandonando a la familia —se queja el IPF—. Sobre todo en época de crisis económica, que es cuando más necesitada está de esa ayuda. No se puede pedir que la familia sea una instancia responsable y cumpla con unos deberes frente a los hijos, los enfermos, los jóvenes, los ancianos o los discapacitados, en definitiva, con la sociedad y, al mismo tiempo, negarle la ayuda que necesita para desempeñar esas funciones».

Prestaciones económicas

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